El diagnóstico
del síndrome de Angelman se basa fundamentalmente en los elementos clínicos y
también en la contribución de la electroencefalografía (EEG), que es una
exploración neurofisiológica que sirve para diagnosticar el SA antes de que el
niño cumpla un año, cuando todavía no están presentes el resto de signos
clínicos como la ausencia del lenguaje o las crisis epilépticas. Esto es
importante ya que en muchas ocasiones el diagnóstico del síndrome de Angelman
se confunde con autismo, parálisis cerebral u otras enfermedades debido a que
es un síndrome que todavía no es demasiado conocido.
Autismo
El síndrome de
Angelman se suele confundir con el autismo debido a los síntomas similares que
se dan como pueden ser la conducta hiperactiva, los problemas del habla y el modo de agitar
las manos. Sin embargo, un niño con síndrome de Angelman es muy sociable, a
diferencia de un niño con autismo.
Parálisis
Cerebral
El síndrome de
Angelman y la Parálisis Cerebral presentan síntomas comunes como el retraso
neuro-psicomotor severo, microcefalia, ausencia del habla o habla comprometida,
ataxia, estrabismo, epilepsia y otras señales neurológicas del daño cerebral.
Síndrome de
Prader-Willi
Ambos síndromes corresponden a enfermedades multisistémicas que se producen por trastornos genéticos asociados a una alteración del brazo largo del cromosoma número 15, específicamente de la región 15q11-q13. Solo hay una pequeña diferencia y es que si el cromosoma que experimenta la alteración es de origen paterno se produce el síndrome de Prader-Willi, mientras que si este cromosoma es de origen materno, se produce el síndrome de Angelman.
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